El dolor y la sumisión pueden ser sinónimos de placer. Conocer tus preferencias sexuales y hacer realidad tus propios deseos es uno de los principales objetivos de BDSM, un conjunto de prácticas sexuales que implican, sobre todo, consentimiento.
A pesar de ser cada vez más debatido y valorado, aún existen varias barreras sociales en lo que respecta a la sexualidad. La situación se complica un poco más cuando se trata de fetiches.
El autojuicio, la falta de conocimiento e incluso el miedo son algunas de las razones por las que las personas tardan en identificarse con el disfrute de prácticas como la sumisión y el masoquismo. Este último término, por ejemplo, suele usarse como insulto.
Lo cierto es que, a puerta cerrada, todo vale siempre que todos los involucrados estén de acuerdo. Así que, en la publicación de hoy, hablaremos un poco más sobre este tema. ¡Sigue leyendo!
Fuente: María Vlasova, Unsplash
¿No sabes nada de BDSM? ¡No hay problema! Lee también nuestro artículo sobre Introducción al BDSM.
El cuerpo responde a cualquier situación de dos maneras: fisiológica y emocional. En el BDSM, a los principiantes les puede resultar difícil combinar ambas sensaciones para responder a la pregunta: ¿disfruto realmente de esto?
El ejemplo más clásico está relacionado con el dolor. En teoría, es algo que a nuestro cuerpo no le gusta. El dolor suele ser una señal de alerta de que algo no va bien. Sin embargo, durante el sexo, puede ser una fuente de enorme placer.
Lo mismo ocurre con la sumisión. Obedecer órdenes puede ser sumamente placentero para algunas personas, pero también puede causar sentimientos de distanciamiento y una sensación de desequilibrio de poder.
¿Cómo resolver este dilema entonces? ¡Autoconocimiento!
En cualquier práctica BDSM, la autoconciencia es clave. Saber qué te gusta y qué no te gusta es crucial para definir tus límites y comunicárselos a tu pareja.
Para lograrlo, los practicantes suelen usar una palabra de seguridad. Esta palabra debe ser pronunciada por el sumiso cuando la práctica sobrepasa sus límites o no le resulta placentera. Estas palabras deben ser fáciles de entender, pero no estar relacionadas con el acto sexual.
Términos como “cortafuegos,no", etc., deben evitarse para evitar malentendidos. Después de todo, existen fetiches relacionados con el sexo forzado que el dominante se sentirá aún más obligado a mantener al escuchar palabras negativas.
Si el sexo tradicional no es suficiente, podrías caer en el BDSM. Usamos este término para referirnos a prácticamente todos los actos sexuales que se desvían de lo convencional.
¿Usaste juguetes para animar tu relación? ¿Ataste o sujetaste a tu pareja durante el sexo? ¿Le diste nalgadas o bofetadas cuando tuviste la oportunidad? Quizás sea hora de profundizar en tu conocimiento sobre... y permítete probar cosas nuevas.
¡No tengas miedo de buscar lo que te resulte más placentero! El sexo se trata de confiar, compartir, pero también de satisfacer tus propios deseos.
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