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Prostitución: Lo que aprendí siendo una chica de compañía

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En los últimos años, el debate sobre la prostitución se ha popularizado. Siempre que hay mayor diversidad de opiniones, en muchos casos, los propios profesionales participan en el debate, recordándonos que no todo trabajo sexual tiene por qué ser esclavo. En resumen, el abolicionismo coexiste con otras perspectivas menos restrictivas, incluso dentro del feminismo. Por lo tanto, erizo de mar de programa cuenta lo que aprendió en esta profesión.

La prostitución es un negocio como cualquier otro.

Prostitución

Fuente: PornPics

A nadie le gusta hablar de prostituciónNi lo hace visible en nuestras vidas. Sin embargo, muchas personas que no consideran lo que se dicen a sí mismas en el futuro no dudan en afirmar que la prostitución puede ser una forma de vida para "algunas" mujeres.

No cabe duda de que las mujeres en la industria del sexo "trabajan" con sus cuerpos. Su sexualidad es su herramienta de trabajo. Es incuestionable que ganan poco dinero con esta actividad y que son explotadas económica y sexualmente. Sin duda, generan ingresos significativos gracias al cuerpo de las mujeres. Por lo tanto, la pregunta es: si las mujeres que ejercen la prostitución ganan un salario bajo con sus cuerpos, ¿por qué no considerar esta actividad una profesión normal?

 La prostitución es un servicio público

Fuente: PornPics

La prostitución es conocida hasta el día de hoy como un método de trabajo que ha evolucionado con el tiempo, hasta el punto de ser utilizada para sobrevivir, comprar el pan de cada día y tener una vida digna y se practica en gran parte del mundo.

Aun así, y teniendo en cuenta que el factor principal es la necesidad económica, este trabajo se ha convertido en una forma de obtener placer y satisfacción a cualquier nivel económico.

Cualquiera sea la razón, la prostitución sostiene a una sociedad al impedir que los hombres que no pueden ser fieles mantengan sus matrimonios.

No todas las prostitutas fingen el orgasmo

Aunque se ha estudiado mucho sobre cómo las prostitutas establecen límites entre su vida personal y profesional, el placer es un campo menos explorado, especialmente en el caso de las trabajadoras.

Lo que sí sabemos es que el deseo se considera tradicionalmente inevitable y siempre debe estar presente en las relaciones. Aunque parece contradictorio e incorrecto hablar de su deseo cuando están "actuando" con sus clientes.

Las prostitutas suelen ser vistas como personas empoderadas o explotadas, felices y despreocupadas o drogadictas presionadas por proxenetas para trabajar en contra de su voluntad. Desde el cristianismo, la biomedicina y el psicoanálisis, las prostitutas también suelen ser consideradas víctimas.

También es difícil hablar del placer de una prostituta, porque para muchos significa desandar su camino anterior para liberarse del estigma de pecadores. Pero puede que disfrute acostándose con alguien y además recibiendo dinero.

El tamaño importa en un 50%

En cuanto a la sexualidad, siempre existe la misma pregunta repetitiva, y a veces tediosa, que se vuelve un tema candente para el género masculino: el tamaño del pene. Aunque es un debate tan antiguo como el fuego, que parece que nunca se extinguirá, para la ex prostituta, el tamaño tiene la mitad del impacto en la relación.

Todo el mundo tiene una fantasía

La fantasía sexual es otro recurso erótico que puede ayudarnos a sexualizarnos y disfrutar, al igual que los juguetes sexuales, los vídeos pornográficos, etc. Mientras fantaseemos, no habrá consecuencias por estas acciones y podremos pagar por todo, así como tampoco seremos juzgados ni tendremos que hacer balances.

Además, podemos decidir si compartirlo o mantenerlo en privado. Es otra herramienta para disfrutar de la sexualidad y está disponible para cualquiera que fantasee con el sexo.

Uno de los mayores riesgos es que solemos creer que todo lo que imaginamos sexualmente es un deseo, y que llevarlo a la práctica no tiene por qué ser así. Podemos imaginarnos robando un banco, pero eso no significa que seamos ladrones en potencia.

Prostitución: una profesión segura para algunos

Todo trabajo asalariado consiste en realizar un trabajo a cambio de una compensación económica. El trabajador vende su propio talento, una parte de su ser, durante el tiempo que debe dedicar a la tarea que se le asigna.

La práctica de la prostitución sigue exactamente el mismo patrón: la trabajadora presta un servicio y exige una cantidad determinada de dinero. Este servicio se "presta" mediante un aspecto específico de su persona, su capacidad sexual, durante un tiempo limitado.

Si el prostitutas Si sabes aprovechar al máximo lo que el mundo de la prostitución te ofrece, podrás construir una carrera que te permitirá sentirte económicamente cómoda en el futuro, si te jubilas.

Prostitución: vida secreta

A pesar de la similitud con el trabajo común, el “Es insultado y criticado sin cesar. Un buen ejemplo de ello es el uso frecuente de palabras o expresiones intencionadamente ofensivas y difamatorias que incluyen una referencia explícita y peyorativa a esta condición laboral: «hijo de puta», «eres una puta», «te lo arruino todo, hijo de puta», etc.

Esta forma de dirigirse a otra persona es sorprendente, porque no hay nada reprobable en ser prostituta. En esencia, no es diferente de ser profesor, escritor, médico o artista. Sin embargo, esta igualdad laboral no se reconoce, como a menudo vemos, oímos y expresamos. El reconocimiento implícito de la desigualdad, por el contrario, es vehemente y rotundo.

Esto explica el viaje oculto. Realizan este trabajo en secreto o con discreción, sin revelarlo del todo a sus familiares y allegados.

La prostitución pertenece a ese terreno oscuro de la vida colectiva, a esas singularidades que un grupo no reconoce como propias e incluso rechaza, pese a que su presencia es inevitable.

 La mayoría de quienes buscan este servicio están casados.

La mitad de los hombres que se prostituyen están casados o viven con sus parejas. Contrariamente a la creencia popular, los clientes no se limitan a sinvergüenzas, drogadictos, etc.; sin embargo, entre los consumidores de estos servicios también se incluyen padres, trabajadores, etc.

Buscan el servicio por innumerables razones, pero mantienen sus matrimonios y su participación en la sociedad como ciudadanos del bien común. Además, evitan el perfil explotador que se ha establecido en el imaginario colectivo.

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1 comentario para “Prostitución: Lo que aprendí siendo una chica de compañía"

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1 - Comentario(s)
- Creado el 23/10/2020 14:21

Una prostituta es mejor que una esposa. ¡Es más barata! Jajaja

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