El exhibicionismo forma parte de la extensa lista de parafilias. Este término se utiliza para describir fantasías o comportamientos sexuales estimulantes que involucran objetos, personas o situaciones.
Existen varias parafilias curiosas, algunas comunes y otras bastante raras. Las más comunes incluyen:
Podolatría: Emoción para los pies.
Voyeurismo: El deseo de ver a otras personas teniendo sexo. Los mirones suelen sentirse más excitados espiando sin que la otra persona lo sepa.
Narratofilia: Excitación al hablar o escuchar palabras obscenas.
Estigmatofilia: Atracción por personas con tatuajes o piercings.
Cronofilia: Tener parejas sexuales con gran diferencia de edad.
El exhibicionismo también está entre los más comunes y vamos a conocer un poco más sobre él:
Este término abarca muchas cosas. Puede ser disfrutar del sexo al aire libre, la masturbación o cualquier otro acto sexual delante de otras personas. Hay distintos grados de exhibicionismo, y la situación lo determina.
Lo que lleva a una persona a gustar de un determinado fetiche aún no tiene una explicación concreta, sin embargo, algunas investigaciones revelan que las personas que siempre se han bañado acompañadas o tienen la costumbre de estar desnudas delante de otras personas son más propensas al exhibicionismo.
La personalidad también puede influir en este deseo. Quienes disfrutan siendo el centro de atención pueden volverse exhibicionistas.
Algunas teorías afirman que los niveles de testosterona, el TDAH, las lesiones traumáticas o los traumatismos pueden ser otros factores que contribuyen a algunos fetiches, como el exhibicionismo.
Si bien hay quienes adoran presumir, también hay voyeurs, personas que se excitan observando a otros en situaciones íntimas. Los voyeurs van de la mano con los exhibicionistas, ya que un fetiche complementa al otro.
Anasyrma: Levantar la falda sin usar ropa interior para exponer los genitales.
Candaulismo: Exponer a tu pareja a otras personas. Levantarte la camisa, mostrar tus genitales, etc.
Martymachlia: Disfrutar de ser observado mientras se tiene sexo. Esta es la forma más común de exhibicionismo.
Por teléfono: Se excita haciendo llamadas obscenas. A veces a conocidos, pero por lo general, a este tipo de exhibicionista le gusta llamar a quienes no quieren ese tipo de llamadas.
Quizás reconozcas algunas señales que no son definitivas, pero que pueden indicar que tienes un fetiche exhibicionista:
¿Te excita la idea de estar desnudo delante de otras personas?
¿Alguna vez se te ha pasado por la cabeza tener sexo delante de otras personas?
¿Te gusta la idea de masturbarte en parques, calles y otros lugares donde corres el riesgo de ser visto?
¿Te gusta vestirte de manera que llames la atención?
Si te entusiasma la idea, puedes iniciarte en el exhibicionismo consensuado con la ayuda de tu pareja o en solitario. Algunas ideas interesantes son:
Podrás encontrar lugares donde podrás estar desnudo sin miedo, como playas nudistas o fiestas sexuales;
Crea un vídeo tuyo masturbándote o mostrándote de forma sexy y envíaselo a tu pareja;
Busque lugares privados para tener sexo, como una ventana de casa o el baño de un amigo;
Esperar a que tu pareja llegue a casa del trabajo completamente desnudo;
Presumir en plataformas como OnlyFans o subir un vídeo a un sitio porno;
Salir de casa usando un vibrador o juguete sexual debajo de la ropa.
El exhibicionismo es un fetiche perfectamente natural; sin embargo, debe practicarse consensualmente. Esto hace que la experiencia sea mucho más segura, placentera y sin remordimientos. Hay pocos lugares donde este tipo de fetichista pueda sentirse cómodo, pero investigando bien, puedes encontrar a otros exhibicionistas.
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